ID:   00001834

FECHA:   16 / 10 / 1908

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RESUMEN:
Grandmontagne habla a Galdós de su visión política de España: el problema de Cataluña, la posibilidad remota de una república en España... También de su estancia en París y de sus destinos futuros...

TRANSCRIPCIÓN:

Francisco Grandmontagne
París 16/ 908. Octubre

Querido don Benito: muchas gracias por su cariñosa felicitación que recibí en el momento de salir para París.
El catalanismo sólo tiene razón en un punto: en querer organizar el Estado federalmente,  con arreglo a la contextura natural y espiritual de España. En realidad la vida política española la está orientando desde su tumba aquel santo civil que se llamó Pi Margall.
En lo demás, en lo económico, en lo social y en lo hegemónico, el catalanismo es un disparate continuo, tan a contrapelo de la realidad como el propio centralismo.
Desde la Port de Saint Dénis hasta la Magdalena,  a todo lo largo de los bulevares, oigo hablar tanto castellano-criollo como francés. Ante este fenómeno preséntase en mi mente la imagen de esos pueblos destartalados de la planicie castellana, y paréceme su obra lo fundamental, lo imperecedero de España.
Y no habrá república española, querido don Benito, mientras no sean republicanas Burgos, Palencia y Zamora. La transformación no vendrá de esos blandos pueblos del Mediterráneo, a pesar de su sentido gregario y vocinglero. Esa gente no tiene más que laringe; todo son temores políticos. Todas las revoluciones hondas salen de las masas agrarias, no de los pueblos marítimos. El Mesías será agricultor, no industrial arancelario. Tendrá anquarina y pavero, no barretina. Los pueblos cosmopolitas, como Barcelona, son lo menos aptos para dar la pauta a una raza.
En fin, mientras llega el Mesías, no se pasa mal en París. La mejor prueba de que se pasa bien es que aquí todo el mundo está temblando ante la idea de que se rompa el equilibrio europeo.
Dentro de algunos día regresaré a San Sebastián. Si algo se le ocurre llámeme allí. No sé cuándo iré a Madrid. Me fastidia mucho el frío. Quizá pase parte del invierno en Andalucía; quizá me vaya a Niza; no sé aún. Si voy a Madrid sólo será por algunos días, por complacer al amigo Rengijo, que me ha llamado sobre un concurso en su revista “Faro”.
Un gran abrazo de quien tanto le quiere y admira
Grandmontagne