ID:   00000048

FECHA:   8 / 4 / 1884

LUGAR:  

REMITENTES:  

DESTINATARIOS:  

PERSONAS NOMBRADAS:   ; ; ; ; ; ;

MATERIAS:   ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ;

RESUMEN:

Alas expone a Galdós su juicio crítico sobre -en general. las novelas de la trilogía Centeno-Tormento -La de Bringas, que relaciona con la novela europea.

TRANSCRIPCIÓN:

 Oviedo 8 - Abril - 1884

Sr. D. Benito Pérez Galdós

Mi muy querido y admirado amigo:

hace mucho tiempo que leí Tormento y el no haberle a Vd. escrito antes para darle mi parabién fue porque creía poder decirle cuando publicaría un articulejo acerca de su libro. Como el único periódico de alguna circulación en que ahora colaboro es el Día y de tarde en tarde, y tengo empezado una serie de artículos sobre los “Poetas del Ateneo” que no se terminará en algunas semanas, pues sólo cada quince días se publica, no podré hablar de Tormento todo lo pronto que quisiera. De buena gana interrumpiría la serie, pero el Marqués de Pidal no querría. Pero la actualidad de Tormento no pasará tan pronto y siempre será tiempo. Por lo cual me decido a escribir a Vd. antes de hacer el artículo.

En mi opinión Tormento es de la madera y de la fuerza de la Desheredada; no es mejor, pero tampoco peor. Veo que cada día entra Vd. con más valor en el arte que la gentuza no entiende y le doy mi enhorabuena. Lo mejor de Tormento no lo puede entender Luis Alfonso, por ejemplo, del cual acabo de leer un artículo crítico en La Época. “Donde está el héroe? Le falta Vd. heroína”. “No tiene Vd. unidad” “síntesis” (¡Cristo padre!, ¡síntesis!, ¡si supiera Alfonso lo que es síntesis!) Resulta q[ue] Vd. ha escrito ocho tomos “acerca de la conciencia” y de “el problema religioso” y se parece Vd. a Zolá en la “Faute de l’Abbae Mouret”... ¡Pobres diablos de críticos! ¡Pero de qué nos quejamos, si en Francia, que es primera potencia, ha pasado casi en silencio, hasta con una benevolencia humillante un libro tan hermoso, tan grande, tan profundo, tan moral como “La joie de vivre”!

Si no las ha leído yo le aconsejo a Vd. que lea las cartas de Flaubert a Jorge Sand. Aparte paradojas, contradicciones y misantropías, es un libro de veras fuerte, colocado en situación en que puede Vd. llegar a verse, si continúa siendo lo que es en la Desheredada, en Centeno y en Tormento y siéndolo cada vez más: un buzo del arte. Para mí la novela verdadera (y en este sentido no hay más novelista en España que Vd. y acaso pronto Pereda) es una forma revolucionaria del arte, un cambio profundo que echa por tierra muchos axiomas estéticos de los más admitidos. La seriedad del arte empieza a ser en Flaubert en Zola y en Vd. una cosa grande, digna de ser muy estudiada. Para que Vd. no crea que le adulo le diré sin rodeos, que Vd. todavía no ha profundizado tanto como Flaubert y Zola (de Flaubert hablo refiriéndome principalmente a La Educación /Sent[imental]/ y Bouvard y Pecuchet) pero ha entendido o adivinado o lo que sea el quid humanum de que puede ser extracto el arte literario, la novela solo, dando a la filosofía (a la seria también) datos, puntos de vista completamente nuevos. La novela como se ve en Bouvard y P. en la Joie de vivre... y en Tormento es una nueva fuente de conocimiento. Debo advertirle que yo incluyo a Centeno en Tormento, hablo en general de una nueva serie, de su plan y manera y procedimientos actuales. Tanto vale Miquis enfermo como lo que más le hayan alabado a Vd. Me duele ver a amigos que serían capaces de entender todo esto quedarse viendo abstracciones por no leer y meditar ciertas cosas.

Volviendo a las cartas de Flaubert, allí se ve al anacoreta de las letras, al hombre de genio que podría hacerse rico, popular sin más que dejar correr la pluma y prefiere q[ue] le desprecien sus libros y quedarse pobre con tal de escribir como su gran instinto literario le pide. Si Vd., como yo creo, continúa escribiendo así, tal vez pierda la popularidad de que hoy goza, pero cada vez será mejor artista.

Lo que yo siento es que al hablar en letras de molde de Tormento no voy a poder explicar los motivos de mi entusiasmo, porque el público no entiende estas cosas. Yo le aseguro que si no fuera porque necesito un suplemento al presupuesto no escribía más crítica periódica... Allí mandan sobre todo los revisteros que se irritan porque se les llama majaderos, y quieren que se les pruebe ¡habrá pretensión! Yo lo digo, lo prueban ellos; como dijo aquel que si hoy viviera se moriría de un berrinche.

Uno de los mayores méritos de Vd. es poder decir en castellano ciertas cosas que nunca se habían escrito en esa lengua. Y a propósito, ya que Vd. quiere que se le pongan peros:

La costumbre, adquirida ya en los Episodios de burlarse del estilo de los personajes rimbombantes ampulosos y enfáticos imitando Vd. mismo al narrar sus metáforas, hipérboles y demás retóricas, ha hecho que a veces distraído use Vd. ciertas frases hechas, ciertas imágenes complicadas y algunos lugares comunes, sin saberlo, cuando Vd. habla sin burlarse de nadie. En Tormento dos o tres veces he notado esto.

Por lo demás (y se acabó el pero) cada día va Vd. acercándose más al ideal del estilo del narrador, a lo que llamo yo para mí el estilo latente.

También desearía que ensayara Vd. una vez, en una novela fuerte, como Tormento o la Desheredada, la impersonalidad que exageró Flaubert y /de/ que Zola usó muy bien. Vería Vd. que buen efecto. Por supuesto q[ue] el diablo del castellano le opondría dificultades enormes.

Polo es un gran carácter, pero muy grande. La escena de su casa tal vez lo mejor en cierto sentido q[ue] Vd. ha hecho. Su carta desde el desierto, sublime; aquello, aquello y nada más que aquello podía escribir. Su manera de ceder es hermosa, natural, sencilla, suya. La de Bringas parece de Balzac y tiene en Vd. un gran mérito: es el personaje mejor que ha hecho en la miseria humana, la mujer de más malicia en Vd. Hasta ahora (salvando a Isidora) las mujeres de Vd. estaban peor estudiadas y eran menos variadas que los hombres... Y mil y mil cosas más. Diré lo que pueda y lo que quepa en mi artículo.

Lea sin falta, si no los ha leído, la Joie de Vivre y las Cartas de Flaubert. Le quiere mucho y le admira más su amigo,

 

Leopoldo Alas