ID:   00000123

FECHA:   24 / 10 / 1882

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RESUMEN:
José Alcalá Galiano explica a Galdós su situación personal y el porqué de que no le escribiera en años. Solicita un favor al escritor y le ofrece su casa para que lo visite en verano.

TRANSCRIPCIÓN:

24 de octubre de 1882
Mi muy querido Benito: casi te parecerá -un episodio sobrenatural[subrayado]- digno de una nueva serie de los tan famosísimos tuyos, el recibir esta carta que juzgarás escrita desde el otro mundo, pues por muerto debes tener al amigo que ha pasado cerca de cuatro años enterrado en el olvido sin tener ánimo ni para dirigirte cuatro renglones. Pero no, no he muerto, y aunque en América ha muerto mi espíritu y mi alegría, hoy evocado de mi tumba, me hallo en esta vieja Europa, en esta brumosa Inglaterra, tratando de reconciliarme con la vida, curar mi misantropía, volver al redil literario, despertar mi alma cloroformizada por el fastidio y estrechar mis vínculos con mi [sic] no olvidados pero acaso olvidadizos amigos. Y como tú entre ellos ocupas el sitio preferente, por ti empiezo y a ti dirijo mi voz casi enmudecida en el silencio de mi consular destierro. Asunto más de un libro que de una carta sería narrarte todo lo que he sufrido y todo lo que he visto en aquel nuevo mundo cuyas grandezas te contaré algún día cuando la suerte nos reúna en la intimidad de un abrazo, seguido de un largo coloquio. Quizás la historia de mis penas o el relato de mis impresiones de viajero den a tu gran pluma asunto para alguno de esos libros que tú solo sabes escribir. 
Antes de hablar de mí justo es que te felicite por la creciente fama de tu gloria, cuyos ecos han llegado hasta mí. Tu nombre crece, se inmortaliza y adquiere esa especie de canonización literaria que solo el genio merece y conquista. En Charleston vi en una librería tu novela Gloria[subrayado] traducida al inglés. Tus novelas posteriores no las conozco pero he visto los triunfos que te han alcanzado. Deseo con ansia ver la edición ilustrada de tus Episodios. Recibe mi más cordial aplauso. Eres un grande. Tuyo es el mundo. 
Aquí me tienes ahora en Newcastle on Tyne que es una grande y hermosa ciudad con campos deliciosos y muchas cosas interesantes que estudiar. Pero el clima durísimo, el cielo sin sol, enlutado por una eterna niebla y una nube negra del carbono de sus inmensas fábricas, dan una sombra de tristeza indecible y aumentan la melancolía de mi vida solitaria. Solo leyendo y escribiendo podré llenar el vacío de mis lúgubres noches de invierno y combatir el gusano roedor del fastidio.
Voy a preparar nuevo caudal literario para cuando vuelva a España, si es que no muero de frío y desesperación. Entre otras cosas voy a reiniciar mis antiguos trabajos y esto me mueve a pedirte un pequeño favor. Recordarás que te dejé unos legajos metidos en sacos de lienzo cosidos. Allí están mis borradores de un tomo de traducciones de Shakespeare. Pues bien, como ahora pido que me manden mis libros de Madrid hazme el favor de llevar o enviar esos legajos a la calle de Alcalá, nº 56, ct. 2º dra (la casa que ocupa la Dirección de Hidrografía al lado de la Presidencia) y decir que se las entreguen a D. Juan Romero, que es mi primo y Director de Hidrografía, quien me los remitirá con mis libros. Si quieres adicionar algún ejemplar de alguna de tus últimas novelas el favor será completo y mi gratitud mucho mayor. 
Ahora estoy ocupadísimo amueblando una casa lindísima que he tomado y que pongo a tu disposición. Si el próximo verano quieres extender tu vuelo más allá de Santander y venir por aquí, serás mi huésped bienvenido y hasta podremos hacer una excursión artístico-novelesca a Escocia, teatro de las bellas novelas del Galdós inglés[subrayado], Walter Scott. ¿No te tienta esto y el dar un abrazo a tu mejor amigo? Piénsalo y ahorra algunos cuartos.
Escríbeme, carísimo Benito, cuéntame tu vida y tus milagros literarios, tus proyectos y tus tareas actuales; dime algo de lo que pasa en ese mi ex-mundo y cura con tus renglones algo de esa nostalgia de lo bello que me consume. 
Otro día te escribiré más despacio pues hoy estoy ocupadísimo con los prosaicos quehaceres de mi cargo y con la balumba de mi instalación. Ponme a los pies de tu hermana y tu cuñada a quienes guardo un fiel y afectuoso recuerdo y tu cree en el invariable carió de tu primer admirador y viejo amigo que te envía un abrazo
José Alcalá Galiano
Mis señas.
England
José Alcalá Galiano Esq.
Spanish Consul 
Newcastle –on- Tyne

NOTAS:

La hermana y cuñada aludidas son Concha Pérez Galdós (1833-1914) y Magdalena Hurtado de Mendoza  y Tate (1829-1894)