ID:   00001556

FECHA:   26 / 8 / 1889

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RESUMEN:
Alcalá Galiano agradece a Galdós su última carta y expone al escritor los planes para su próximo viaje juntos. Le solicita intervenga por él en el Ministerio para obtener un permiso especial para tomar días libres y se duele del feo papel que jugará España sin representantes en una convención internacional. Envía saludos

TRANSCRIPCIÓN:

Newcastle on Tyne agosto, 26/89
Mi muy querido Benito: recibimos tus afectuosas cartas, contestación a las nuestras de pésame, y me apresuro a manifestarte que ya estamos impacientes porque llegue el 5 o 6 de septiembre en que, según anuncias, estarás aquí con nosotros. Entonces mano a mano y de palabra discutiremos y formaremos planes de acuerdo y en consonancia con los tuyos pues los nuestros no están aún decididos y por lo tanto quedan sujetos a cuantas modificaciones introduzcamos al votarlos[subrayado] definitivamente. 
Lo que sí creo indispensable, si en ello no tienes inconveniente alguno, es que [tachado] reforzando tu prestigio literario con tu potencia de diputado escribieras al Subsecretario Fernández Jiménez o si lo prefieres (como el año pasado) a Vega Armijo pidiendo inmediata Autorización verbal[subrayado]  (escrita o telegráfica si no algo[tachado] hubiera tiempo) para ausentarme por unos días de Newcastle pues para el breve plazo no quiero pedir licencia oficial[subrayado]  a que tengo pleno derecho reglamentario. Si para dar más fuerza a la petición puedes decir que por el estado de mi salud (que en realidad no es buena) tengo que ir a las aguas de Vichy. En fin, tú mejor que nadie sabes lo que puedes, debes y quieres hacer. Yo no lo hago directamente porque habiendo escrito una carta a Fernández Jiménez a principios de este mes y no habiendo aún obtenido respuesta no quisiera dirigirle otra nueva hasta tener aquella contestada o deducir de su silencio /definitivo/ que la ausencia ha matado también en él su afecto e interés hacia mí, como ha sucedido con otros que no me son tan fieles, nobles y leales amigos como tú, quien por eso eres para mí el primero, por no decir el único. 
De mis asuntos y pretensiones no hablo puesto que, como me dices, es cuestión que aquí trataremos pronto más ampliamente que por escrito. 
No dejes de traerme tu última novela y lo que hayas escrito sobre nuestra Italiada[subrayado]. Por cierto que la “Revue Universelle” de este mes trae un artículo en que habla de la novela española, se ocupa especialmente de Palacio Valdés y al mencionarte con elogio promete consagrarte artículo separado. 
Por cierto que para septiembre se reúne este año en Newcastle el “British Association” y me duele que, a pesar de las invitaciones que por indicación mía se dirigieron a los savants [subrayado] españoles, España sea la única nación que no envía un representante. Hasta Portugal envía dos, los célebres Juens y Cepello. 
Nosotros siempre a la cola del tren de la civilización. Es verdad que no se trata de dar credenciales sino del progreso de la ciencia y esa es la clave de que como siempre brillamos por nuestra ausencia. Nos estorba la luz, excepto la que arrojan las latas de petróleo matutístico[subrayado]. Esas sí que alumbran y calientan a los concejales. 
Esperando el aviso de tu llegada y con cariñosos recuerdos míos y de Mary a tus hermanas, te aguarda con los brazos abiertos tu invariable amigo-hermano
Pepe
No te olvides de la fotografía del cuadro de mi tío Torrijos. Si me puedes traer algo de eso que ha escrito Clarín sobre Manuel del Palacio y éste contra aquel, me darás un buen rato. Si ves ahí a Marcelino dale mis recuerdos.

NOTAS:

Las hermanas aludidas son Concha Pérez Galdós y Magdalena Hurtado de Mendoza