ID:   00000055

FECHA:   11 / 4 / 1844

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RESUMEN:
Alas comunica a Galdós juicios críticos sobre Lo prohibido. Añade juicios sobre otras obras y sobre proyectos comunes.

TRANSCRIPCIÓN:

Oviedo – 11 de Junio – 1885

Sr. Don Benito Pérez Galdós

Mi querido amigo: tarde, pero sin daño. En este momento acabo de leer ¡al fin! el 2º tomo de Lo Prohibido y le escribo para decirle ante todo que estoy archientusiasmado y que esta novela es tan buena como la mejor y en muchos conceptos la mejor; sobre todo el 2º tomo puede, desde la 2ª mitad especialmente desafiar lo mejor de Balzac y de Zola, y en punto a verdad y sinceridad y franqueza noble, y a su modo patética, yo no he leído nada por el estilo. Un humorismo bien intencionado, sereno y sano en su amargor, llega a los tuétanos de la acción, y sin hacer nada lírico [subrayado] el relato ni alambicar ni poner en música los caracteres, se cuaja de profundo sentido y dice miles de cosas grandes, fuertes, estallando a veces en frases ora dignas de Shakespeare, ora de Heine ora... de Galdós. Toda la novela me gusta mucho, y en el primer tomo encuentro ya cosas de primer orden, la exposición de la neurosis de los Bueno de Guzmán, la descripción de la casa y costumbres de Camila (preparación digna de lo que esto ha de ser después) la vida y muerte de Carrillo etc. etc. Pero donde Lo Prohibido [subrayado]empieza a ser extraordinariamente bello, nuevo, saladísimo, sentimental de buena manera es desde q[ue] J. María se enamora de Camila. Las peleas de chicos entre Cacaseno y el Tísico, el viaje a San Sebastián el día que se clavan clavos, las complicaciones bursátiles, el coro q[ue] forman Eloísa, M. Juana, Medina, el triple trapecio etc. etc. son cosas admirables, y sobre todo aquello se palpa, se huele y se masca en llegando al paroxismo de la pasión de J. María y los cuatro o cinco capítulos últimos son de lo más interesante y fuerte q[ue yo creo que se ha escrito. Esta es la pura verdad, y le juro que no oculto nada ni aumento nada. Sé perfectamente, aunque me duela, dosificar tibiezas bien o mal disimuladas, perdonar debilidades del prójimo y pasar adelante, cuando la conciencia me obliga a poner peros o a dar a entender con mi entusiasmo oficial que otra me ¿pidan? A Dios gracias con Vd. nunca he tenido q[ue] recurrir a este esfuerzo de mi carácter y siempre le he dicho la verdad absoluta. Da la casualidad de que Vd. es el único novelista español que me satisface por completo. — ¿Qué es aquello que según Vd. era lo único acaso bueno [subrayado]y q[ue] estaba en el 2º tomo? Yo encuentro en este tomo tantas cosas buenas q[ue] no doy con la q[ue] Vd. quiere indicar. Ello debe de ser cosa q[ue] se refiera a Camila, José María y Constantino. Todo lo que se refiere a estos tres trogloditas trapecios es admirable. Esta mañana, al llegar a las nauseas de Camila y al “Belisario” q[ue] escribe el enfermo sentí lágrimas como si yo también estuviera malo y gocé el placer incomparable de entusiasmarme con cosas ajenas como si fueran propias.
Como Vd. ve, esto no es un juicio [subrayado]de su libro; pero como mañana mismo empezaré a escribir un artículo para El Globo y pasado pienso acabarlo y se publicará probablemente antes de ocho días a él le remito, que allí pienso decirle lo mismo q[ue] aquí le diría. Pero me marearía el repetirme, el volver sobre las mismas ideas las enfriaría para la segunda vez, y prefiero q[ue] tome por carta el artículo y vea allí ce por be todo, absolutamente todo lo q[ue] siento y pienso con motivo de su obra. —Todo ¿he dicho? No, todo no acertaría yo a explicarlo. Y por hoy basta de esto. Resumen ¡magnífico, magnífico, magnífico! 
¿Sí tiene defectos? Sí; cierta prolijidad[sic] mobiliaria [subrayado]que es de uso, q[ue] está muy bien, que prueba estudios, observación y gusto... pero que acaso exceda de lo q[ue] aguanta la paciencia española, aunque hay q[ue] notar q[ue] en la primera parte, por tratarse de Eloísa, eso era indispensable o poco menos.
La forma autobiográfica da un poco de monotonía, hasta q[ue] se llega el 2º tercio del 2º tomo. J. María al principio enseña [subrayado] a los demás y no se deja ver bien él mismo; en esto estaba mejor el Amigo Manso, después ya no, después se ve al narrador tan bien como a los otros.
El estilo siempre natural, sencillo, y recoge la fase actual de la cháchara [subrayado] con pulcritud. Pero a veces, en el primer tomo y en los pasages[sic] de transición del 2º, se nota q[ue] se ha escrito deprisa sin pararse a escoger las palabras. —De aquello q[ue] en otras ocasiones le tengo dicho de ciertas frases cultas q[ue ]se le pegan al autor de los personajes, en este libro apenas hay rastro, Recuerdo ahora (2º tomo, al fin) un caliz de las vicisitudes [subrayado] que no me gusta. La idea es justa, está bien, pero resulta feo, cáliz de vicisitudes. Tampoco estoy conforme con que junio tenga 31 días. Esto ya lo habrá Vd. advertido y lo corregirá en otra edición. ¿Quería Vd. defectos? Pues esos – La novela debió publicarse en un tomo solo, grueso, q[ue] se pareciera a los franceses de Charpentier; aligerando algo el Iº tomo, procurando más laconismo a veces, en lo accesorio, quitando algunas cosas q[ue] son casi repeticiones, la obra habría resultado acaso la mejor de Vd. Tal como es, es admirable, y no creo q[ue] la impresión de este momento se me transforme en cosa fría, a no ser q[ue] me falte la memoria — He ido señalando con la caña los pasajes q[ue] me entusiasmaban y está el 2º tomo (y en el 1ª la muerte del[sic] Carrillo) q[ue] parece que anduvo con él un gato.
Pero en fin, lo dicho; al artículo me remito q[ue] en él encontrará Vd. muchas cosas que aquí echará de menos respecto a los méritos íntimos [subrayado] de Lo Prohibido.
Pero antes de dejar esto protesto de que sean triquiñuelas del oficio y mañas del saber foar [subrayado] (q[ue] dijo el otro) los primores de este libro, a no ser q[ue] llame Vd. así a la habilidad artística. Si Vd. muchas cosas tuvo q[ue] adivinarlas o inducirlas o deducirlas, en eso no hay más q[ue] el uso de las mejores y más raras cualidades del verdadero novelista. Yo no soy de los q[ue] esperan a que el autor de un libro le dé importancia para dársela, ni tampoco de los que aguardan los datos de los libreros o las bobadas de los periódicos. Me gustó mucho Tormento, me gustó mucho la de Bringas y me gustó muchísimo Lo Prohibido, y “qui potest  capere capiat” [subrayado].


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	El no haberle escrito antes consistió en que no me dejaron leer la novela. 1º Las pruebas de dos libros q[ue] saldrán estos días (2º tomo de La Regenta y... Sermón perdido) 2º la presencia de Pereda q[ue] me tuvo entretenido y yendo de un lado para otro como es natural.
	Y 3º los demonios de los exámenes que son una jaqueca como V. no puede figurarse. Según se usan los señores exámenes vienen a ser como estar oyendo seis horas al día “Sobre el triple de Trípoli”.
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	Pereda me ha gustado mucho. Es ni más ni menos como yo me lo figuraba, y como Vd. lo describe en el prólogo del Sabor de la Tierruca [subrayado]. Es uno de los hombres más simpáticos q[ue] he conocido — Aquí todos le encontraron muy agradable y creo q[ue] él va contento de Asturias. Salió hecho gran amigo de mi hermano mayor, el ingeniero, y anduvimos de pueblo en pueblo cuatro o cinco días. ¡Lo q[ue] sentimos q[ue] Vd. no hubiese venido! — ¿Pero cumplirá su promesa de venir por el verano? — Por Dios sí. Si Vd. fuese otro no le diría q[ue] aquí lo pasaría bien, pero siendo quien es sí. Estaríamos en Gijón algunos días; otros en Candas con Armando, viviendo una vida al natural de q[ue] Vd. no puede tener idea. Hay allí un aburrimiento que llega a ser delicioso cuando gusta el mar, el campo verde, el fresco, y la conversación nonchalante [subrayado]. Otros días le iría yo a buscar a Vd. a Gijón y le llevaría a Carreño en un barco sobre cuatro ruedas (no es un carro) y allí podría Vd. pasar horas y días, pues aunque sólo puede ofrecerle una mediocritas mucho menos q[ue] aúrea, tendría mucho espacio, soledad sí la quería, pues este año sólo vamos mi madre, acaso, mi mujer mi nene y yo... En fín, para mí un bello ideal q[ue] Vd. echará a perder marchándose cuando menos a Inglaterra. Por Dios venga Vd. aunque sólo sea quince días, allá por Agosto.


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	Si me escribe hábleme de esos plantes de órgano [subrayado]. Yo estoy medio metido en el Globo. Todavía no cobro mi paga, pero no es porque no me hayan recibido con los brazos abiertos y con frases archi-lisonjeras, sino porque allí todo es interino ahora, singularmente el cobrar, y no quieren ofrecerme la plaza, o mejor darme posesión, hasta q[ue] aquello se normalice. Yo la quiero para batirme desde donde me oigan los sordos.— Hábleme Vd. de la P. Bazán, que Pereda y Armando me han dicho horrores. Otro desengaño. Suyo de corazón. 

	Leopoldo Alas –cr-