ID:   00000097

FECHA:   1895*

LUGAR:   *

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DESTINATARIOS:  

PERSONAS NOMBRADAS:   ; ; ;

MATERIAS:   ; ; ; ;

RESUMEN:
Alas agradece a G. su parabién por el fin de sus problemas con A. Palacio Valdés y le habla de la solución de su problema con Arturo Armada, un alférez de navío. Le habla también de sus proyectos de teatro.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido don Benito: mucho le agradezco su cariñosa carta. También Pereda me escribió otra que me supo muy bien. En efecto, Armando vuelve a ser mi amigo. Supe que no descansaba desde que empezó la cuestión, y andaba paseándose por delante de mi casa. Figúrese Vd. si así era fácil el arreglo.
De los marinos no le hablaré porque es tema que equivale ya para mí al vomitivo más eficaz. En efecto, por casualidad[subrayado] el gran[subrayado] público esta vez se hizo cargo y prensa y juzgado se pusieron de mi parte. Lo más gracioso es la multitud de cartas de marinos mercantes[subrayado] que recibí estos días hablándome en términos de mar que no entiendo siquiera. Los representados[subrayado] lo hicieron muy mal, y por amistad a Villaamil, excelente persona y más torpe jurisconsulto del Código del honor[subrayado] no les puse en ridículo. Figúrese Vd. que hubo por su parte cartas falsas, fechas cambiadas, y lo que es peor de todo en una cita solemne, secreta, grave, en que se me amenazaba con publicar el hecho si yo no acudía... quien no acudió fue el contrario, que estaba[subrayado] hacía dos días en Gijón y a quien en vano esperé horas y horas pasada la de la cita. ¡Figúrese Vd. si yo publico esto! Y tengo una docena de testigos entre ellos Villaamil y un teniente de navío. Por supuesto, que yo no haré nada. Mi madre no supo nada; mi mujer tuvo malos ratos, por más que al verme a mí tan tranquilo asegurándole que no era caso de tragedia, sino una partida de ajedrez con unos chambones, algo se tranquilizó.
En fin, basta. Mi pueblo, sí. Todo Oviedo conmigo. Tuve que contener a la gente.
Tengo que contestar a muchas cartas sobre lo mismo[subrayado] y mucho trabajo atrasado.
María me pidió título[subrayado] y le di “La Millonaria” pero reservándome el derecho de escribirla o no. Va avanzando dentro del cerebro y creo que pronto podré empezar a escribir. El asunto me gusta mucho, es de psicología, de actualidad social, de golpes de efectos naturales, lógicos, legítimos, y de final fortísimo. María tendría que echar el resto. Pero la ejecución (la mía) por ciertos pormenores y por la composición es difícil. En fin, veremos. Hábleme, cuando tenga tiempo, de lo suyo. 
Yo le escribiré otro día más largo.
Suyo siempre amigo de corazón

Leopoldo Alas

(*) probable