ID: 00000096
FECHA: 22 / 9 / 1895
LUGAR:
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DESTINATARIOS:
PERSONAS NOMBRADAS: ; ; ; ; ; ; ; ; ;
MATERIAS: ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ;
RESUMEN:
Alas habla a G. de sus proyectos editoriales y teatrales. Y de la ruptura de su amistad con Palacio Valdés.
TRANSCRIPCIÓN:
Oviedo 22 Septiembre 95 Mi querido don Benito: ya sabía yo por Tolosa Latour que Vd. no vendría, y la triste causa. Quiera Dios que su hermana política se alivie por completo. Mucho me alegro de que Vd. haya trabajado tanto y tenga concluida una comedia [tachado] y esta sea para la Guerrero. Esta me escribió al marcharse y yo no le escribí todavía. Supe, por un señor de Berlín (español) que había estado allí viendo teatro alemán. La compañía me dice ella q[ue] es la misma del año pasado, + Jiménez (D. Estentor) [subrayado]. Poca cosa. Debía llevar a C. Cobeña, o a Rosario Pino mejor. Está demasiado sola, y tiene una dama de carácter, que no es más que un temperamento linfático-imbécil. Yo no he hecho nada, ni lo haré, si no me sopla la musa, para lo cual será necesario que [tachado] el estómago calle. Tengo que pensar tanto en los intestinos, que no hay poesía posible. En todo el verano no he hecho más que cumplir con los periódicos (Heraldo inclusive). Este otoño pienso publicar “Cuento morales” [subrayado]. probablemente por mi cuenta; y por cierto que he de pedir a Vd. consejos y datos administrativos. Con Genaro he hablado de un proyecto mío de publicar una “Revista barata” [subrayado], barata de veras, en folio, a dos columnas, papel satinado, buena letra, unas 32 páginas, muy variadas, de filosofía, literatura, política de alto vuelo, crónica de ciencias etc. etc., en fin, amena, popular, intencionada, valiente... viva. Empezaré acaso por reanudar mis folletos[subrayado] y acabaré por ahí. Yo figuraría como director y responsable de todo lo que me firmaran otros.─ Si sus antiguos proyectos de Vd. coincidieran algo con los míos, entonces podríamos juntarnos, y es claro que cambiaría mi plan. Vd. diría que era lo que le gustaba de él para conservarlo. Editores nosotros, sería acaso lo mejor: pero si parecía uno bueno y que nos dejara algo más que un jornal, podría pasar. No es que yo no esté contento en el Imparcial, Heraldo, Publicidad, Madrid Cómico, Novedades, etc. etc., pero es que la libertad q[ue] gozo en esos papeles es relativa y yo tengo algo que decir de muchas cosas de que ahí no hablo. En fin, ya tengo ganas de mandar en algo mío, o de trabajar en algo nuestro. Para el caso de que Vd. quisiera juntarse[subrayado]. (y ponerse en su sitio[subrayado], naturalmente) yo cuento en varias partes de España con jóvenes de estudio en inteligencia, fe y calor que me ayudarían. La cosa habría de sorprender y acaso se vendería bien. Piénselo bien. Si no allá voy yo solo, a mi manera. ———————— En cuanto al teatro, y por lo que a mí toca[subrayado], tengo varios proyectos, que me gustan. Pero los proyectos no son arte [subrayado]. Ahora el más viable [subrayado], el más próximo al telar es “La millonaria”. Me gusta el asunto, la charpente (sic), que está hecha de una pieza; pero les tengo miedo a los pormenores técnicos [subrayado]. Me hace falta un negocio en q[ue] un gran ricazo se coma el dinero y la honra de otro; y yo entiendo poco de estas cosas; no quiero un negocio vago[subrayado], de melodrama[subrayado], sin realidad económica[subrayado]., y al mismo tiempo temo la frialdad de los detalles y mi desconocimiento del asunto [subrayado].. En fin, ya veremos. De otras cosas no le hablo, porque, por ahora, están más lejos [subrayado].. Si yo tuviera lo que tienen todos los mozos de cordel, un recto enérgico y no decadentista y aprensivo, estoy seguro de que en 4 meses despachaba Esperaindeo, Julieta [subrayado] (Shakespeare – Lope – Tirso) Clara Fe y la Millonaria. Pásmese Vd. Armando Palacio y yo no nos saludamos [subrayado]. ¿Por qué? no sé. No hemos reñido. Pero, al parecer, hablo poco de él; y además ha hecho caso de una calumnia de una periodista americana que dice que yo encuentro a Armando agotado en su último libro... Y no he leído ese libro, ni he hablado de él, ni creo en tal agotamiento, ni hablaría de él, aunque creyera. Y así acaba (para siempre, eso sí) una amistad de treinta años entre hombres de cuarenta. ¡Las letras envenenadas! Para algunos, que para mí, juro que no. Cariñosos recuerdos al queridísimo Pereda. Que mejore su señora hermana. Escríbame y quiérame. Suyo de corazón Leopoldo Alas